Conociendo a Hardy Müller
Yo nací un día 2 de marzo del año 1968, en Puerto Montt, mi familia era de esa zona. Después de un par de años nos fuimos, cuando yo tenía tres años, nos fuimos a Coyhaique y ahí hice mi educación básica y mi educación media en el Liceo San Felipe Benicio, que era un muy buen colegio religioso.
Estoy casado con mi señora que es psicóloga y tenemos dos hijos, ambos psicólogos también. Mi principal Hobbie es la fotografía.
Recuerdos de vida universitaria
Me vine a estudiar a la UFRO en el año 86, el primer año estudiando Historia, Geografía y Educación Cívica, pero como que mi camino no iba por la docencia. El 87 comencé a estudiar Trabajo Social y hoy día una de las cosas que más hago es docencia. Entonces, las vueltas de la vida. Cuatro años y medio en ese tiempo duraba la carrera hasta que me gradué en el 91. Fue entretenido, fue una buena estadía universitaria de harto crecimiento, de todo.
Estudio, compartir, conocer gente, hacer cosas distintas, pagar pensión. Tenía la suerte de pagar pensión, muchos compañeros que no tenían esa suerte y arrendaban pieza, era distinto. Entonces igual yo creo que uno va haciendo conciencia de los beneficios que la vida te ha puesto. Y la carrera también ayudó a mirar que no toda gente tiene las mismas condiciones para construir su vida.
Yo siempre recuerdo con mucho afecto a dos profesores. Uno que fue la profesora la Olga Rebolledo, eran muy interesantes las clases con ella porque había mucho de reflexión, de pensar, no era tan como esta docencia como escolar, sino que había un trato mucho más de persona a persona. Y el otro que a mí me pareció muy interesante, que me gustaban mucho sus clases, fue el profesor Óscar Carrasco que era un abogado que en ese tiempo era ministro de la Corte de Apelaciones y que después llegó a ser ministro de la Corte Suprema y que nos hacía Derecho de Familia y Derecho Penal. Siempre el ámbito de las normas, las leyes, es un tema que a mí me ha interesado mucho. Así que de ellos siempre tengo muy gratos recuerdos.
En ese tiempo la universidad tenía rectores designados, generalmente eran militares y la carrera se caracterizaba por ser una carrera que siempre participaba mucho en el mundo y en la vida política. Entonces, si bien yo no venía de un mundo donde el tema político fuera tan relevante, por el contexto de la universidad y la relación con los compañeros, el tema sí se constituía un elemento importante, participando en las protestas, en las tomas.
De hecho, cuando la universidad se tomaba, que esta universidad en el año 87 fue la universidad que más tiempo duró en toma a nivel nacional. Entonces, quienes no nos podíamos ir para casa eran los de las regiones más extremas y los compañeros que eran más carentes de recursos y éramos los que finalmente manteníamos la toma. Eso lo recuerdo, fue importante.
Recorrido por el mundo laboral
Me fui a trabajar al antiguo hospital psiquiátrico de Nueva Imperial que finalmente se cerró porque el modelo ya no iba con la línea de la internación psiquiátrica de larga estadía.
Después me fui a un programa de alcohol y droga que se llamaba “Programa de Consumo de Sustancias y Salud Mental”, que era del Servicio de Salud. Y ahí estuve varios años hasta que conformamos un centro de adicciones al alero de Conace, actual SENDA. Y estuvimos ahí hartos años, después me hice cargo de programas de salud mental en el servicio.
Después ya me vine al ámbito de bioética, desde el año 2007 estoy en esta área en el Servicio de Salud Araucanía Sur. También trabajo en la UFRO, en el Programa de Salud Familiar de la Facultad de Medicina, hago clases de ética de la investigación en el Magister de Epidemiología. También hago clases en el Magister de Kinesiología.
Bueno, nosotros desde la oficina de bioética nos vinculamos con la comunidad de investigadores en salud o con personas que desarrollan investigación en salud. Tenemos otra área de trabajo que es en el ámbito de la ética asistencial. Ahí nos vinculamos con los establecimientos asistenciales, los hospitales, algunos CESFAM, otros hospitales privados, con los equipos que trabajan en ética en sus establecimientos y que ayudan a resolver los problemas éticos, clínicos que se producen en la práctica asistencial. Y después, en el ámbito de la integridad, estamos también generando redes en temas de integridad pública. Es un área que hemos trabajado como dirección de servicio, pero que estamos ampliando a trabajarla como servicio de salud.
Y la otra área que yo trabajo, como más en lo personal, es que soy el referente de migrantes. Entonces, ahí tenemos mucha relación con la comunidad, con el intersector y con las agrupaciones de migrantes. Hemos estado el año pasado trabajando en un levantamiento diagnóstico para conocer la realidad. La coordinación intersectorial que ha sido también relevante en materia de población migrante para favorecer el acceso a la atención de salud. Así que esas son como las áreas de trabajo que se insertan en el territorio.
Sello UFRO
La aproximación al mundo de la interculturalidad mapuche, yo creo que eso en ese tiempo era un sello importante. Hoy día parece que también ha derivado a otros ámbitos. Yo creo que en ese tiempo todavía había una mirada más como del ser humano y de la esencia del trabajo social. En ese tiempo lo que era importante era la fuerza de lo colectivo.
Yo creo que las universidades en su momento tenían como ciertas líneas de trabajo. Esta universidad, uno de sus sellos era la parte comunitaria intercultural. Hoy día ha ido tomando mayor preponderancia los temas de mercado. Entonces, por ejemplo, hoy es muy fuerte todo el desarrollo de la gerencia social.
A los colegas nuevos que están saliendo de la universidad, les diría que confíen en sus capacidades. La profesión te entrega un horizonte, herramientas, metodologías. De repente, cuando uno sale de la universidad, uno no sabe cómo ser profesional y el ser profesional se va desarrollando en la práctica. Entonces, en ese sentido que ellos confíen en sus capacidades, que cuando salgan de la universidad van a poder abordar los desafíos que la sociedad espera.
Yo creo que ellos tienen que actuar con el sentido de la responsabilidad. La sociedad espera mucho de los trabajadores sociales y tenemos que responder a ese requerimiento que la sociedad espera. Cuando se forma e inicia en el mundo el trabajo social, siempre es de la mano de los conflictos laborales, de las injusticias. Por lo tanto, la reivindicación de derechos tiene que ser el horizonte que guía nuestros pasos y no dejarnos entrampar muchas veces por el dinero, por el prestigio y por el poder. Porque como dice la Adela Cortina, que es una filósofa española, esos son elementos secundarios.
Lo principal tiene que funcionar desde la vocación, que lo que estamos haciendo es porque tenemos dedos para el piano, y desde la excelencia, que en el ejercicio de la función tenemos que ser excelentes, los mejores.