Cecilia Cortés, titulada de la carrera de Ingeniería Civil Industrial mención Informática de la Universidad de La Frontera y Alumni UFRO desde 1994, nos cuenta en primera persona -desde Estados Unidos- sus anécdotas y el aprendizaje que le dejó su paso por nuestra universidad.

Nací en Santiago y a los 2 años de nacida mis papás se trasladaron a Temuco, donde me crié. Vengo de una familia muy lectora. Mi papá siempre fue empresario, becado en su tiempo en Alemania. Estudió de la primera computación que aparecía, la parte técnica, y después se dedicó a vender tecnología y todo para oficinas. Mi mamá dueña de casa, dedicada a la familia, a su esposo e hijos, ella es nuestro mayor soporte. Somos tres hermanos, yo soy la única mujer y del medio. Todos estudiamos en la UFRO.

Entre mis hobbies están las manualidades, coser a mano y máquina, hacer scrapbooking (muy común acá en USA, arte con los álbumes de fotos), me encanta sacar fotografías, escuchar música, ver buenas series y colorear. Todo esto lo practicamos con mis hijos y esposo.

El pregrado en Ingeniería Civil Industrial mención Informática

Disfruté mucho la universidad, participé en todo cuanto pude, me hice de muchos amigos, tantos que me decían la millón de amigos.

Los mayores hitos fueron conocer otra realidad. Yo venía de colegio privado, con una situación financiera estable, y ahí me encontré con otra realidad de mucha vulnerabilidad en esa época, donde muchos se iban porque no podían pagar las carreras o las pensiones.

También, a pesar de mi timidez, tuve la oportunidad de conocer muy bien a muchos docentes, con los cuales entablamos amistad y respeto, lo que me sirvió para poder preguntar o comentar la clase y revisar mis pruebas.

Experiencias universitarias

Fue una buena oportunidad poder participar de los congresos de ingeniería, a través de la UFRO y en otras universidades, donde podíamos compartir con estudiantes de otras realidades, incluso del extranjero. Aprendí mucho de todos estos eventos, y de la última tecnología, además de conocer a otros chilenos que podían vender su antivirus a empresas famosas en el mundo o que habían hecho inventos increíbles. Creo que es muy importante las relaciones, intercambiar cultura, realidades, ideas y sueños.

También, participar en el Grupo Bíblico Universitario, una agrupación internacional, me permitió viajar a otros países, liderar, viajar por Chile, compartir con miles de estudiantes de diferentes carreras, trasfondos y culturas. Eso fue maravilloso para mi vida y cambió mi perspectiva de futura profesional, al verlo como una vocación y pensar en hacer algo que realmente disfrutara, con sentido y propósito.

Mi vida laboral en el extranjero

Actualmente, soy dueña de una empresa que formamos con mi esposo en Miami hace 15 años. Acá en Estados Unidos me instruí mucho en contabilidad, no como una carrera, pero estudié todo lo que me sirviera para tener una empresa, por lo que tomé muchos cursos de administración, finanzas y publicidad, ya sea en universidades y o con cursos que ofrece el gobierno.

Me encanta tener mi empresa. Me encanta un día estar de lleno en la parte administrativa, otro día coordinando y trabajando con un equipo en publicidad, verter mis ideas ahí y llevarlas a cabo. Otro día estoy involucrada en contabilidad, actualizando números y finanzas, tomando decisiones de compras o de venta, etcétera. 

Al ser empresaria he usado todo lo aprendido en mi carrera y en otras experiencias y no tener límites para soñar y crecer, poder ser creativa, tener el poder y el permiso para que nadie te ponga límites.

Y aun cuando uno debe poner límites, lo hace viendo la realidad. Por ejemplo, durante muchos años no pusimos todo nuestro enfoque en la empresa, sino, la empresa nos sirvió para tener una bella familia como la que tenemos, darle tiempo de calidad, tener vacaciones y viajar juntos. Entonces, no me defino por mi empresa aun cuando me encanta. ¿Y qué pasó?, no nos hemos hecho millonarios con millones en el banco, pero nos hicimos millonarios en realmente disfrutar nuestra vida, nuestra familia, ser felices, educar a nuestros hijos y hacerlas buenas profesionales. También nos ha dado la oportunidad de hacer mucho voluntariado, ayudar en nuestra comunidad, en nuestra iglesia, vivir con propósito, no para servirnos a nosotros, sino también servir a otros.

El legado y orgullo de ser Alumni UFRO

Y en lo académico obviamente me aportó todo, lo que estudié estaba al mismo nivel y más que la misma carrera acá en Miami. Quedé muy bien preparada. Eso me sirvió para poder adaptarme a una nueva sociedad.

Me siento muy orgullosa de ser una Alumni UFRO hoy en día, porque amo a mi universidad, y más aún porque nos han dado una instancia de volver a reconectarnos con nuestra gente, con mi universidad que era un sueño, y se veía tan difícil por estar lejos. 

40 Años: Universidad de La Frontera, excelencia que deja huella

Como mensaje a la comunidad universitaria, les diría que aprovechen toda esta trayectoria de experiencia que hoy tiene la UFRO. Es una universidad importante, con más logros, con más oportunidades y con la meta de seguir creciendo. Les diría que no solo se sirvan de la UFRO, sino que también sirvan ahí, que devuelvan para que muchos otros menos afortunados tengan la oportunidad de llegar ahí también.

Cuando la UFRO crece y mejora, todos crecemos y todos somos mejores.

Cecilia Cortés

Alumni UFRO desde 1994.

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