[Soy Luis González, estudié Nutrición y Dietética en la UFRO, y actualmente estoy cursando un Doctorado en Investigación Médica en México]
El año 2012 mi actual esposa realizó una estancia de 6 meses en la UFRO por un programa de intercambio académico con la UNAM desde México, ahí fue donde nos conocimos. Por ella, dos años después llegué a México.
El cambio más grande fue de pasar a vivir en una ciudad pequeña (Temuco) a una de las ciudades más grandes del mundo como es Ciudad de México. Las distancias dentro de la ciudad son enormes, recuerdo los primeros años vivíamos en el norte de la ciudad y yo estudiaba en el sur, me demoraba casi tres horas en llegar a las clases, y luego 2 o 3 horas de regreso.
Por otro lado, el cambio cultural en la alimentación también es grande, desde cosas sencillas como cambiar los nombres de los alimentos por ejemplo, la palta a aguacate, el choclo a elote, tomate por jitomate, son cosas que hasta el día de hoy no me acostumbro bien. Además que en México le agregan salsas picante a casi todo, sin embargo, uno se va a acostumbrado al igual que el estómago, y la comida es riquísima, con mucho sabor. Aunque a veces, uno extraña una rica cazuela o un buen plato de porotos chilenos.
Aquí, afortunadamente pude comenzar a trabajar como nutricionista al poco tiempo de llegar, lo que fue todo un desafío porque tuve que adaptarme a la cultura y costumbres en cuánto a la alimentación mexicana. Después de un tiempo, comencé a buscar programas de posgrado para estudiar una maestría, así tomé la decisión de postular a la Maestría en Nutrición Clínica en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), el cual es un programa de excelente calidad, apoyado por la beca de estudio de Conacyt de México. Fue un proceso difícil porque no quedé seleccionado la primera vez que postulé, tuve que prepararme durante otro año, mientras trabaja como nutricionista deportivo en un gimnasio. Finalmente logré entrar a la maestría en el segundo intento, la cual fue una de las mejores decisiones que pude tomar porque me abrió las puertas a conocer excelentes personas y crecer en el ámbito profesional y personal.
Probablemente en Chile hubiera sido más difícil estudiar un posgrado, debido a los costos económicos, situación que en México es completamente distinto. Al mismo tiempo, la experiencia de vivir en otro país siempre es enriquecedor: tanto en el ámbito profesional como personal. Por ejemplo, en mis tiempos libres nos gusta salir a comer en restaurantes o puestos de comida con mi esposa. En México hay una gran variedad de platos y comidas así que siempre hay algo nuevo que se puede probar.
Definitivamente viajar al extranjero es una gran opción tanto en lo profesional como en lo personal. Existen muchos programas de especialización de alta calidad en otros países a los cuáles se puede optar ya sea con becas extranjeras o de Chile. Lo importante es prepararse e informarse bien con anticipación sobre los requisitos, plazos y los trámites que se deben realizar con la universidad para llegar a estudiar en las mejores condiciones posibles. A veces, muchas de las universidades cuentan con programas de apoyo para los extranjeros que quieren ir a estudiar. Además de tratar de informarse sobre la cultura, costumbres, distancias, transporte, etc. de la ciudad, lo que te puede ayudar a adaptarte de manera más rápida.
Hoy en día me siento muy contento en México, aunque siempre se extraña a la familia y los amigos en Chile.