Luis Eduardo González Salazar de 27 años, es Nutricionista titulado de la Universidad de la Frontera. Ingresó a la casa de estudios el año 2006 y finalizó la carrera el año 2010. Además es Diplomado en Salud Familiar por la Universidad Autónoma de Temuco (año 2012) y Diplomado en formación y actualización docente en el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) de México año 2015.

Actualmente se encuentra realizando una maestría en Nutrición Clínica en el Instituto Nacional de Salud Pública México y becado por CONACYT México. Sus hobbies principales son la música, pues le gusta escuchar y tocar instrumentos, además del deporte y las actividades en la naturaleza, pues siempre según nos comenta, “he tenido ese espíritu de viajar, conocer lugares y estar en contacto con la naturaleza, entonces cuando tengo la oportunidad trato de escaparme de la ciudad”.

Conoció a su esposa de nacionalidad mexicana en Temuco, Angélica Vega Pelayo, quien vino como estudiante de intercambio en la UFRO el año 2012, en la carrera de Contador Público Auditor. Es así como llegó a México, esto hace exactamente un año en Julio 2014, y se casaron en Diciembre de 2014 en Ciudad de México.

1.- ¿Qué te motivó a ser nutricionista?
Siempre estuve interesado en estudiar una carrera ligada al área de la salud, recuerdo que en el colegio me iba muy bien en biología me gustaba mucho estudiar. Sinceramente la carrera de Nutrición no estaba dentro de mis primeras opciones, no conocía muy bien la carrera, y tampoco me había informado al respecto. Sin embargo decidí probar suerte y me matriculé en la carrera de Nutrición y Dietética en la UFRO. Fue una excelente decisión porque en el primer año de la carrera ya estaba convencido que quería ser Nutricionista, todo esto gracias a mis profesores que me entregaron toda la información y la pasión por esta profesión.

A través de los años, me di cuenta que el ser Nutricionista es una profesión distinta al resto de las carreras en salud, nuestro rol principal es cambiar hábitos de las personas y mejorar la calidad de vida de ellas, por lo cual es una profesión que exige mucha responsabilidad social. Hipócrates decía: “que el alimento sea tu medicina”.

2.- ¿Qué recuerdos guardas como estudiante de la UFRO?
Muchísimos, es una etapa en la vida que uno difícilmente olvida ya sea por el crecimiento, experiencias y madurez que uno va adquiriendo en los años de estudio. Afortunadamente hice muy buenos amigos con quienes me sigo comunicando a pesar de la distancia.

Cómo olvidar las clases en el Laboratorio de Nutrición con la profe Andrea Muñoz, en donde debíamos preparar distintos regímenes nutricionales para analizar las preparaciones según su aporte y características nutricionales, fue toda una experiencia para mí porque cuando ingresé a la carrera no sabía cocinar nada, entonces podrán imaginar que mis primeras preparaciones no eran las mejores en cuanto a sabor.

También recuerdo con mucho cariño el primer año de la Universidad, la vida estudiantil, las primeras clases de anatomía, histología, fisiología donde teníamos que estudiar noches enteras. Las clases del módulo en Gestión e Investigación en Alimentación y Nutrición con la profesora Angélica Hernández, donde nos enseñó todo lo relacionado con salud pública y nos mostró que no sólo la Nutrición Clínica es importante, si no que existen otras maneras de poder llevar a cabo nuestro rol, especialmente como especialistas en alimentación.

3.- En tus primeras experiencias laborales viviste el hacer salud pública de una manera muy particular, ¿qué anécdotas nos puedes contar?
Mi primera experiencia laboral me marcó mucho, son varias las anécdotas que tengo en ese trabajo, lo que más valoro es que pude visualizar al Chile que no todos conocen, el más escondido. Recuerdo una anécdota muy particular, me habían dicho que íbamos hacer una ronda médica a un lugar llamado Conoco, me habían informado que se iba una vez cada 4 o 6 meses porque era de difícil acceso y que debíamos cruzar el estuario de Reloncavi en bote o lancha dependiendo del clima. Nunca en mi vida me había mojado tanto, llegamos todos empapados, habían marejadas y estuvimos muchas veces a punto de volcarnos, recuerdo que además traíamos los productos lácteos del programa de alimentación para embarazadas y niños, los cuales llegaron mojados. Felizmente en el lugar, todas las personas nos esperaban en la posta médica con pan amasado, café, mate y lo más importante con fuego para secar la ropa, en aquella ocasión tuve que realizar mis atenciones con polera y pantalón corto.

De mi primera experiencia laboral, me quedo con la imagen de toda esa gente viviendo en lugares lejanos y de difícil acceso, con la escasa oportunidad de atención médica, del esfuerzo que realizan para poder salir adelante, son en estos lugares donde hay que mejorar el derecho a salud de estas personas.

Rondas Médicas en Llanada Grande, Décima Región, junio 2011 (Luis a la derecha)

4.- Si pudieses hacer una evaluación de la salud publica chilena, comparándola con la mexicana…¿Existen muchas diferencias? ¿Qué te gustaría cambiar de ella? ¿Cómo se podría potenciar?
Al igual que en Chile, el sistema de salud mexicano está compuesto por dos sectores, el público y el privado. Dentro del sector público en México se encuentran el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), a diferencia de Chile estas instituciones gubernamentales entregan un servicio gratuito a la población beneficiaria, por ejemplo, el IMSS cubre a más del 80% de esta población y la atiende en sus propias unidades con sus propios médicos y enfermeras. El ISSSTE da cobertura a otro 18% de la población asegurada, también en unidades y con recursos humanos propios.

Los servicios de salud que prestan las instituciones de seguridad social se financian con contribuciones del empleador, contribuciones del empleado (que va a depender del sueldo recibido por cada persona) y contribuciones del gobierno. Por lo cual las personas que están desempleadas o el sector más vulnerable no tienen el acceso a los servicios de salud gratuitos, para ellos deben pagar lo similar a una institución privada. Actualmente existe una iniciativa del Gobierno Mexicano en instaurar el seguro popular con la finalidad de apoyar al sector más pobre de la población.

Es destacable que la población beneficiaria puede obtener un servicio sin costo en salud, sin embargo en muchas de estas instituciones existe mucha burocracia y al igual que en Chile existe una larga lista de espera, por lo cual muchas personas optan por el sector privado.

En cuanto a condiciones de salud, no cabe duda que junto con Cuba y Costa Rica, Chile presenta los mejores niveles de salud en América Latina. Principalmente en la disminución de la tasa de mortalidad infantil, donde en Chile tiene en promedio 7,9 muertes en menores de un año por cada 1000 nacidos vivos, cifra que contrasta con la de México (18.1 muertes por cada 1000 nacidos vivos).

Respecto a la situación Nutricional de ambos países también se pueden observar diferencias, es sabido que tanto en México como Chile existe una marcada prevalencia a la malnutrición por exceso (sobrepeso y obesidad) y por ende también de algunas enfermedad crónicas no transmisibles como la diabetes. Sin embargo y contrario con la situación en Chile, en México aún se puede observar una elevada prevalencia de desnutrición y enfermedades infecciosas, especialmente en los estados de más bajos recursos (Guerrero , Tlaxcala, Nuevo León), siendo que en Chile esta situación ya fue prácticamente radicada.

Desde mi perspectiva esta diferencia se basa principalmente porque en Chile se han implementado Programas de Salud Pública de alta cobertura en la población como el programa Chile Crece Contigo, Programa Nacional de Alimentación Complementaria y el Programa de vacunación que ha demostrado ser eficaces en el control y prevención de enfermedades principalmente infantiles.

Sin embargo aún falta trabajar, principalmente en revertir los índices de sobrepeso y obesidad en niños menores de 5 años. Ambos países deben centrar sus esfuerzos en políticas de salud enfocadas en la prevención y educación en salud, recientemente se aprobó en México el impuesto a las bebidas azucaradas y se está trabajando mucho el concepto de Kiosco Saludable en las escuelas. Se ha avanzado mucho en ambos países pero aún se deben reforzar e implementar políticas públicas que permitan disminuir el consumo de azucares y grasas en la población.

5.- Ahora estás en México… ¿Cómo has vivido esta experiencia? ¿Te costó adaptarte a un país nuevo? ¿Qué extrañas del sur?
Profesionalmente he tenido que adaptarme a la vida y a la cultura mexicana, especialmente en cuanto a los hábitos alimentarios se refiere. La Gastronomía mexicana es muy variada y amplia, cada estado de México tiene preparaciones y hábitos distintos. Por lo mismo tuve que aprender mucho sobre cocina mexicana y actualizarme sobre los conceptos de nutrición que se manejan como el sistema de equivalencia de las porciones Mexicano. Al principio se me hizo difícil acostumbrarme a los condimentos, todo en México debe llevar ají, si sales a comer a algún puesto de comida debes dar por hecho que viene con algo de ají, por eso en mis primeras semanas en México estomacalmente no la pasé muy bien, ya luego mi cuerpo se fue acostumbrando paulatinamente.

Los horarios de alimentación también son distintos, en México el almuerzo es una colación fuerte después del desayuno, luego la comida y la cena, a diferencia de Chile donde el almuerzo es la comida principal del día.

Lo que más se extraña del sur de Chile es la tranquilidad, la familia y los amigos, ya que el ritmo de vida en ciudad de México es complicado, especialmente si debes trasladarte a lugares lejanos, aquí el tráfico en un día normal puede durar 3 a 4 horas dependiendo a donde te dirijas.

Luis a la derecha (con la guitarra) en la UFRO con sus compañeros de carrera, año 2008

6.- ¿Encuentras que existen diferencias en especializarte en el extranjero versus que en Chile?
Sí existe diferencia, Chile es un muy buen país para especializarte y tiene excelentes programas de posgrado, sin embargo el estudiar o elegir una especialidad en el extranjero te da un valor agregado, conoces otras realidades y experiencias, te permite observar desde fuera y saber cómo está realmente Chile respecto a otros países, reconocer las fortalezas y debilidades de tus aprendizajes respecto al nivel en el extranjero, y muchas cosas que quizás al estudiar en Chile no puedas adquirir. Para mí, estudiar en el extranjero ya sea en una institución reconocida o no, siempre va a ser un reto.

7.-¿Cuáles son tus planes a futuro y en lo personal y lo laboral?
A corto plazo es terminar exitosamente mi maestría, tengo planes de realizar una pasantía internacional en Estados Unidos para el próximo año, me gustaría seguir perfeccionándome en el ámbito de la Nutrición Clínica pero sin perder de vista la salud pública. A largo plazo me gustaría realizar docencia e investigación en Chile, y tener la posibilidad de regresar a Temuco junto a mi esposa , idealmente a la UFRO.

8.-¿Qué consejos le darías a los profesionales que quieren proyectarse en el extranjero?
Que se atrevan, sin duda es una experiencia enriquecedora tanto en el ámbito profesional y personal, que no se desanimen y se informen muy bien de los pasos y documentos que deben obtener para estudiar en el extranjero, es un proceso que requiere de tiempo ya sea por todo el proceso que abarca desde la aceptación al posgrado como para obtener la beca.

Instituto Nacional de Perinatología, donde se realizan las clases de la Maestría de Luis, en Ciudad de México

*Foto principal: Luis y su esposa Angélica en las pirámides de Teotihuacán el año 2014

Por Melissa Osorio Alfaro

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